HERMENEGILDO
ALONSO “MERE”
Artesano
Beleña
de Sorbe (Guadalajara), 1915 – Arbancón
(Guadalajara), 1994.
Hermenegildo Alonso (popularmente conocido
como “Mere”), se hizo popular en la provincia de Guadalajara como tallador de
caretas de botargas, cachiporras, etc. Así como por desempeñar dicho papel, de
botarga, en su localidad.
Su trabajo se vio recompensado por el cariño
popular de su pueblo y, por supuesto, de los estudiosos del folclore de la
provincia.
En numerosas ocasiones su nombre salió a la
prensa, al hilo de su dedicación. De uno de los artículos que se le dedicaron,
en la revista Arriaca, de la Casa de Guadalajara en Madrid en 1984, tomamos los
siguientes datos:
“No sabe leer ni escribir, tampoco le hace
falta. Desde siempre al llegar Candelas -2 de febrero- se pone el traje de
botarga y persigue a las mozas y a la asustada chiquillería. Con ello ha
mantenido viva una tradición de recia raigambre alcarreña.
En los últimos años la edad y las piernas,
las malditas piernas aquejadas de artrosis, le impiden seguir corriendo vestido
de botarga. Pero no importa, él sigue dedicado a su ilusión de siempre. Ahora
fabricando artesanalmente caretas y cachiporras que otros utilizarán para
continuar con el rito.
A sus 68 años ha recibido el homenaje de
toda Guadalajara en la última edición del Festival Medieval de Hita. Su nombre:
Hermenegildo Alonso.
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En Arbancón, adentrándonos por calles de
resonantes nombres, en la del Trebuquejo, encontramos la casa de Hermenegildo.
El taller lo tiene en la planta baja. Es un cuarto apenas separado de las
ovejas que ocupan el resto de la planta…
Nos dice: “La careta de la botarga de Beleña
la hice yo, y las castañuelas también. El traje me lo hicieron las mozas. Por
tanto lo estrené tono. Tenía entonces 27 años”.
Nacido y criado en Beleña no es hasta 1965
cuando se establece en Arbancón: “Nadie
me enseñó a hacer lo que hago…”.
Falleció en Arbancón, tras haber salido como
botarga en aquella localidad durante tres años. En otras siete ocasiones lo
hizo en Beleña, su localidad natal. En los últimos años de su vida, y dado el éxito
alcanzado con su profesión de talla de caretas, se dedicó a la venta de este
material siendo, al día de hoy, aquellas obras, piezas de museo.
Tomás
Gismera Velasco
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