PEDRO
SOLÍS GREPPI
Médico
Palencia, 1834 – Atienza, 12 de febrero
de 1914
Pedro Solís Greppi nació en Palencia en 1834, en el seno de
una de las más conocidas familias de la ciudad. Desconocemos el oficio de su
padre, pero sí al menos que tuvo una extensa descendencia, siendo la mayoría de
sus hijos hombres de alta carrera, destacando entre ellos los dedicados a la
Abogacía y la Filosofía.
Trasladado
a Madrid se licenció en Medicina, ocupando cargos como médico rural en varias
localidades de Guadalajara, hasta llegar a Atienza como Médico titular en 1882.
No
tardó en ingresar en la élite cultural de Atienza, haciéndose un hueco
destacado entre los hombres de la ilustración atencina de finales del siglo XIX
y comienzos del XX, tomando parte activa en cuantos movimientos regeneraron las
ideas, tanto políticas como sociales del pueblo en aquella época.
Encontramos
a don Pedro Solís como uno de los fundadores del Casino de Sociedad, entre
otras dedicaciones, así como sus escritos en torno a la medicina figuran por
aquella época en revistas especializadas.
Colaboró
junto a Eduardo Contreras y Jorge de la Guardia en el lanzamiento de la revista
“Atienza Ilustrada”, así como en su continuadora: “Alcarria Ilustrada”, para
las que escribió algunos artículos, casi siempre relacionados con la medicina
infantil, sin que faltasen algunas obras poéticas que igualmente publicó en el
naciente semanario “Flores y Abejas”, medios en los que igualmente colaboró su
hermana, igualmente residente en Atienza, Elvira Solís.
Activo
propagador del partido liberal en el distrito, sus enfrentamientos con la
política conservadora del municipio fueron constantes a lo largo de los últimos
años del siglo XIX e inicios del XX, siendo propuesto en varias ocasiones para
ocupar candidaturas políticas por su partido, en representación del distrito,
en la Diputación Provincial.
Generoso
y desprendido, compaginó su dedicación médica en Atienza con la atención
ambulatoria en poblaciones cercanas, como Robredarcas, La Miñosa, Riofrío,
Galve o Alpedroches, destacando su trabajo en las poblaciones de Miedes,
Albendiego, Somolinos, Campisábalos y, muy especialmente, en Condemios de
Arriba y de Abajo, ante todo, en los meses de la invasión colérica de 1885.
Rodeado
de la apreciación general de la comarca falleció en Atienza, donde fue
enterrado, el 12 de febrero de 1914, a los setenta y cinco años de edad.
Tomás
Gismera Velasco