Torero. Espía. Escritor.
Mondéjar, Guadalajara, 9 de septiembre
de 1909 – Galapagar (Madrid), 25 de abril de 2001
Angel Alcázar de Velasco nació en Mondéjar, el 9
de septiembre de 1909.
Desde muy joven sintió correr en sus venas un
instinto irrefrenable que había de llevarle a la arriesgada profesión de
torero, y a los doce años ya danzaba por casi todas las capeas que se
celebraban en la provincia de Toledo y en algún que otro festejo de las
provincias de Guadalajara y Madrid. Ignoramos como le resultarían estas
andanzas, aunque suponemos que no colmarían sus aspiraciones pues se marchó a
Sevilla a probar fortuna, entrando a trabajar como pintor en casa de una
popular figura de la sociedad sevillana por aquel entonces, Nicanor Puerto,
quien protegió su afición proporcionándole corridas en muchos pueblos de
Andalucía.
Su primer traje de torero lo vistió en la popular
plaza de toros sevillana de La Pañoleta, con novillos de Anastasio Martín,
obteniendo un clamoroso éxito y siendo sacado a hombros de los entusiastas. Fue
en el mes de mayo de 1927 y este triunfo le abrió las puertas de importantes
plazas, entre las que destacaremos Barcelona, San Fernando, Jerez, Algeciras o
Málaga.
Nuestro paisano fue un torero valiente y artista,
conocía bien su oficio, y como valiente sufrió varias cogidas graves,
destacando la que le infirió en La Línea de la Concepción un novillo de
Gallardo.
Pero la carrera taurina de nuestro paisano fue
cortada por una nueva inquietud: los prolegómenos de la Guerra Civil. Intervino
de forma destacada en el alzamiento del General Sanjurjo el 10 de agosto de
1932 y sufrió persecuciones.
De origen humilde, consiguió licenciarse en
Filosofía y Letras por la Universidad de Salamanca en 1932. Falangista de
primera hora, en 1934 fue condecorado con la Palma de Plata por José Antonio
Primo de Rivera. Durante esos años empezó a ejercer el periodismo en la prensa
falangista y el diario La Nación, viajando como corresponsal entre otros
lugares a la guerra de Abisinia, donde conoció, siempre según sus memorias, al
alemán Wilhelm Oberbeil, quien le introduciría en el Abwehr, el servicio
secreto Alemán, en Berlín en 1935. El estallido de la guerra civil española le
cogió preso en la cárcel de Larrínaga, en Bilbao, de donde consiguió fugarse.
Acabada la guerra civil, trabajó para los servicios secretos alemanes durante
la segunda guerra mundial.
Fue fundador de Falange Española de Madrid. Tras
la Guerra ocupó cargos de responsabilidad, entre otros el de agregado de la
Embajada española en Londres.
No son muchos los datos en torno a su vida
privada que pasaron a la pública en su momento. Si bien conocemos que concluyo
en 1932 la licenciatura de Filosofía y Letras, coincidiendo con su retirada del
toreo.
Tampoco se conoce, en su total exactitud, la
vertiente política que desarrolló desde los comienzos de la Guerra Civil, hasta
la conclusión de la II Guerra Mundial, en la que, conforme se afirma en algunas
memorias, actuó de espía, tanto para el Gobierno español, como para el alemán.
En enero de 1940 lo nombran jefe de prensa del
Instituto de Estudios Políticos en Madrid gracias a su amistad con Ramón
Serrano Suñer. Alcázar decide hablar con el embajador británico Samuel Hoare,
presentándose como un falangista radical antifranquista con ideas contrarias al
régimen de Franco, así en verano de 1940 viaja en persona a Londres. Donde
llegó en calidad de agregado de prensa a la embajada española en Londres.
En marzo de 1941, Alcázar empieza a trabajar para
Walter Schellenberg, jefe del espionaje de las SS, RSHA. Así se vio involucrado
en la Operación Willi, en la que la gente de Walter Schellenberg intentó
secuestrar al duque de Windsor en Portugal.
En 1944 viaja a Alemania donde se pone al
servicio de la SS de nuevo y ayudará a la depuración del Abwehr, tras su
reciente desmantelamiento debido al caso Solf (Solf Kreis) en febrero de ese
mismo año. En Berlín, permanecerá hasta el fin de la II Guerra Mundial, según
sus memorias, en el búnker de la Cancillería hasta el 24 de abril de 1945,
fecha en la que logra escapar a Suiza y ser repatriado a España.
Una vez ya en España, siguió trabajando para los
nazis, ayudando a huir de Alemania a varios dirigentes nazis, el más famoso de
ellos Martin Bormann.
Escribió tres o cuatro libros con las memorias de
su vida.
Murió en Galapagar (Madrid), el 25 de abril de
2001.
Tomás Gismera Velasco